Una fiesta, una distracción, un pretexto para dejar de
pensar en ti.
Me quieren presentar a alguien, buena platica, feo no es,
pero por más que trato no dejo de pensar en ti, en lo que tú habrías dicho como
respuesta a mi comentario, en tu sonrisa cuando digo algo sarcástico, en tu
risa cuando digo algo gracioso. ¿Qué diablos andarás haciendo? Lo más probable
es que de fiesta igual que yo pero con gente algo indeseable.
Un vaso con alcohol , oír a los demás platicar, verlos medio
bailar, estoy pero no estoy.
Las horas avanzan, la música cambia, electrónica, pop,
baladas… y de repente banda, esa música que se siente más cuando ya se esta
algo entonado.
Un trago, esa canción la conozco. Otro trago, esa canción me
la dedicó. Un sorbo y otro sorbo, mira que curioso, esa canción encaja en la
situación.
Hago la pregunta del año: Señor, si esta pensando en mi, que
la siguiente sea una canción que me haya dedicado… Y suena eso, esa canción que
se me clava en el corazón, de la que me sé completa la letra, la empiezo a
cantar y mi amiga se me queda viendo con cara de ¿De verdad?. Fue el destino,
no puede ser coincidencia.
Se pone bélico el asunto, “No fue tanto tiempo” “No duraron
tanto” “Nosotros llevábamos 6 años y terminamos” ¿Y? ¿Desde cuándo el amor o el
dolor se mide por el tiempo que haya pasado?
Más canciones y más bebida, todas las he oído y muchas me
las sé. De pronto descubro que esto de la banda no se me da tan mal.
No me siento mal, solo algo mareada, según yo hablo normal y
estoy en mis cinco sentidos, aunque esto de caminar con tacones no es lo mío,
si a medio día y sobria no, a las tres y media de la mañana y tomada menos.
Un poco más de alcohol, hoy ya no importa mucho nada, lo
mismo da. Siguen pasando los minutos, las canciones, hasta que llega una “…que
voy a volver contigo aunque vuelvas a insistir…” maldita frase, no es que estuviera feliz, pero esto tira todo a la basura. Se me hace trizas el corazón, jalo aire pero ya es tarde, no alcanzo a ahogar la
lagrima que empieza a asomar.
Camino. Se pasó toda la noche y sigues estando en mi cabeza. Solamente quiero descansar.
Una, dos, tres arcadas. Y el ácido subiendo por mi garganta.
Felicidades, has roto un nuevo record. A pesar de todo, a pesar del mareo y el alcohol en mis venas sigues estando en mi cabeza y todo esto demuestra que el dolor y el
alcohol no son buenos compañeros.