domingo, 27 de febrero de 2011

Memorias



Claudia había decidido olvidar, como pocas veces en su vida había decidido que era mejor hacerle caso a la razón y no al corazón y no porque las ideas que proponía la razón fueran mejores, sino porque el proceso se oía menos doloroso.

Habían pasado meses desde aquello… desde que la persona a la que quería le rompiera el corazón, lo cual de cierta manera consideraba como un nuevo nacimiento porque se sentía tan rota, tan incómoda consigo misma y tan asqueada, que quería cambiar y ese cambio incluía olvidar.

Primero bloqueo la mente, poco a poco, al principio cuando se descubría pensando en él, censuraba sus pensamientos, les hacia guardar silencio y mandaba al diablo todas las imágenes que venían a su mente, claro, únicamente podía hacerlo cuando estaba despierta pues en las madrugadas se descubría despertando por alguna pesadilla en la que había estado él. Después las cosas fueron siendo mucho más sencillas, su mente había captado la orden de que no mandara recuerdos y día tras día las pesadillas y aun los buenos sueños en los que él era él se presentaba fueron desapareciendo.

Sin embargo, cada día se sentía mas extraña, mas ajena al mundo y a sí misma, como si todo el tiempo estuviera en un estado zombie, ni dormida ni despierta, como viendo su vida desde afuera sin vivirla, impulsada por una energía que no venía de su cuerpo sino de cualquier otro lugar del universo.

Así los minutos se convirtieron en años, sin que ella tuviera conciencia del paso del tiempo, sintiéndose cada vez más alejada sin darse cuenta de que se sentía así porque había decidido olvidar. Sus sueños ya no eran claros y la realidad tampoco, los colores se veían desteñidos, opacos y las frutas habían perdido gran parte de su aroma y su sabor, la música se oia vacia y pocas cosas hacían que su corazón vibrara con fuerza pero ella no sabía porque, no se daba cuenta.

Hasta que un día, sin una razón en específico quiso pensar en él, fue cuando se dio cuenta de que no podía, ya no recordaba su boca, ni su cara, tampoco como olía o como se sentía abrazarlo, ya no recordaba el tacto de sus manos, ni tampoco su voz, quiso recordar más cosas como algún momento de los que pasaron juntos pero fueron pocos los recuerdos que llegaron, solamente aparecían sus ojos y los momentos más importantes. Quiso gritar cuando se dio cuenta de lo que había pasado, había callado tanto la voz de su conciencia que ya no recordaba muchas cosas y se sintió desesperada.

De repente sintió unas ganas de llorar que no pudo contener, no sabía qué hacer se fue a su cuarto y se recostó… trato de recordar pero no pudo, en su memoria todo estaba negro, lloro y lloro hasta que se quedo dormida, deseando que todas sus memorias regresaran algún día.