miércoles, 15 de diciembre de 2010

Todavía existe el dolor.

Cuantas veces he intentado encontrar el remedio para este dolor, que mas parece una enfermedad... las mismas veces que he fallado...

No puedo decir que he aprendido a vivir con la soledad, porque mi fallo proviene de ella, yo bien se que por mas monólogos que haga frente al espejo, todavía mi "enfermedad" no acaba, aunque de momentos parezca que esta a punto de desaparecer.

"Hace veinte años se me murió alguien. Alguien que era todo. Pero no se murió con esa muerte. Simplemente, se fue. Del país, de mi vida, sobre todo de mi vida. Es peor esa muerte, se lo aseguro. Porque fui yo quien pedí que se fuera, y hasta ahora nunca me lo perdoné. Es peor esa muerte, porque una queda aprisionada en el propio pasado, destruida por el propio sacrificio" La tregua - Mario Benedetti.

Mi dolor proviene de una de esas muertes, de la que no es física... de la que solo es ausencia, pero es una ausencia que marque, que quema siempre (claro, en medida... no siempre con la misma intensidad). Lo peor es que no hay luto suficiente, no existe el consuelo de que la vida haya decidido por uno, en cambio existe "el condimento" que empeora la situación porque sabes que la vida de nada tuvo la culpa, pero si tus errores que terminaron ahogando lo que había.

¿Como se cura ese dolor? ¿Como se cura uno? Si se esta mas que consciente de que no importa la jodida distancia, porque esta no ayuda a olvidar y también, que por mas que el tiempo pase, las malditas heridas no se curan, tampoco funciona el "aprender a vivir con eso" o "resignarse" (al menos, no para mi).

Cuando el dolor se agudiza, yo me siento en el limbo... ni en el cielo ni en el infierno, sin saber que hacer, porque para donde miro no encuentro ni la escalera que me conduzca al infierno, ni el rayo de luz que me indique que ya voy llegando al cielo.

Tal vez... lo único que queda es quemarse hasta consumirse (porque un día ha de acabar...) esperar a que deje de existir la materia que se quema cada vez que el dolor viene a mi, esperar hasta que no quede mas que un espacio en blanco que tal vez sirva para llenarse de vida de nuevo.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Por suerte, hoy soy otra.

Dicen que los recuerdos solo se parecen en parte a la realidad.

Muchos años antes hubiera puesto las manos al fuego por aguantar, por jurar que estaríamos juntos… pero hoy ya no, la mirada en el espejo me dice que mi alma, la que tu conociste está perdida, hoy hay otros motivos para aguantar, para vivir y para sonreír.

Hoy tu risa ya no me causaría estragos, tampoco tu tacto ni tus besos y de esto estoy segura, porque no he desperdiciado tantos años de mi vida, construyendo solo castillos de arena y cartas en el aire.

En mundos venideros tal vez quiera volverte a encontrar, pero hoy doy gracias a la vida porque me alejo de ti, porque nuestros caminos fueron tan erróneos, tan diferentes... que hoy ya no existes, ni las estrellas me recuerdan el contrato que firme al decir te amo.

Desde hace mucho tiempo todas mis razones cambiaron, si quieres puedo intentar buscar en un universo paralelo aquella a la que quieres encontrar, a esa otra que un día fui, pero que hoy ya no está aquí, se marcho cuando tú firmaste tu declaración de traición.

El interior es el mismo, me imagino yo, mis debilidades y mis alegrías siguen teniendo cosas en común, pero ya no soy la misma, simplemente porque tú, ya no existes en mi vida.