martes, 18 de octubre de 2011

"Todo por servir se acaba y todo acaba por no servir"

Hoy te podría decir que fue lo mejor, tal vez un viaje no me haría mal, para poder olvidar, no, no para eso, no hay que ponerse dramáticos cuando se esta hablando enserio.

Solo siento que quiero embriagarme, no con alcohol, yo no tomo, pero si con la boca de alguna mujer, ninguna en especial ¿O si?

Tengo que pensar, todo lo que ha pasado ya no tiene solución, pero quiero empezar de nuevo, porque puedo ¿O no?

Siento como si estuviera flotando en agua, como si mi cuerpo se hundiera y al llenarse entonces, ya muerto, volviera a la superficie.
Mi nombre es Alfredo Valle, no hay mucho que pueda contar sobre mi, hace quince días mi esposa se fue con un tipo que conocía de toda la vida, hace una semana perdí mi trabajo y hoy, la casa ya es un desastre, tengo cincuenta y dos años, de profesión soy (era) arquitecto.
Extrañamente no me siento mal, ni vació, nada de lo que se supone debería sentir esta presente en este momento, no diría tampoco que si ella se presentara hoy le negaría mi amor, porque no es así.

Tal vez haya algo que este mal conmigo, pero creo que por algo ha pasado todo esto, no pudo ser de un momento para otro ¿verdad?, se fue construyendo o derrumbando, como usted prefiera verlo.
Quiero hacer mis maletas e irme de aquí.
La verdad es que ya estaba harto del trabajo, mi jefe era un maldito imbécil que siempre pensaba tenia la razón, ¿así son todos los jefes?, que bueno que me corrieron, no hubiera aguantado mucho mas su jodido carácter.

Aún recuerdo cuando los hijos se marcharon, yo siempre pensé que ya era su tiempo, mi mujer hizo todo un drama, lloro y me pidió hasta que se canso que los detuviera, pero no, ¿porque habría de hacerlo? ya era su turno, no había porque retenerlos, no les hubiera podido hacer eso.

Ella, tal vez no era el amor de mi vida, tal vez en realidad nunca he conocido al amor de mi vida, si, que bueno que se fue, ya estaba harto de ella también, no todo fue bueno, así como tampoco todo fue malo, pero ya estaba cansado de ella, de sus reclamos, de sus gritos, de sus berrinches de chiquilla... si, fue lo mejor.

Hoy haré mis maletas, tal vez el sur seria una buena idea, ¿o el norte?, mejor tomo el primer camión que me saque de aquí.
Me limpiare los zapatos y dejare todo el polvo que cargo, hoy Alfredo Valle, el hombre de cincuenta y dos años, arquitecto, ha muerto. Se fue para que hoy, en el norte o en el sur, nazca otro Alfredo Valle, uno que no sea arquitecto, ni tenga dos hijos y una esposa, uno nuevo que haga lo que se le venga en gana.